viernes, 4 de enero de 2008

De visita

Entiendo que con los turrones blando, duro y de arroz con leche para los m'as intr’epidos (y/o los m'as descerebrados), las colas para pagar los regalos de Reyes y otros excesos propios de la temporada no habr’eis echado de menos este humilde blog. Pero todo lo bueno se acaba: las vacaciones (para los que las han tenido), la ‘epoca de ser amable con los extranyos y el receso de esta bit'acora... He vuelto.

Escribo desde Madrid. Manyana volamos a Nueva York. La semana ha pasado muy deprisa y no ha dado tiempo a hacer todo lo que hubi’eramos querido. Hemos cumplido con unos b’asicos, eso s’i. Adam comi’o lac’on en el mes’on gallego, hemos visto a toda la gente que humanamente se puede ver en tan corta visita y nos vamos con la tranquilidad y el contento que da ver que las cosas no han cambiado demasiado en nuestra breve ausencia. Porque te vas de tu terrunyo y te entra una ansiedad terrible pensando que a la vuelta te puedan haber cancelado tu vida anterior, como cuando dejas de hacer movimientos en una cuenta corriente bajo m’inimos. Pero no. Al menos de momento, nuestra existencia en Espanya hiberna con salud y constantes vitales estables; eso quiere decir que todo sigue m’as o menos en su sitio y que la gente no nos ha recibido con la mirada vidriosa que se le ofrece a los que emergen del pasado, lejanos y extranyos.


Dispuestos a hacer todo cuanto est’e en nuestra mano para mantener un saldo saludable en nuestras cuentas afectivas en Espanya, volvemos a la nueva vida que hemos empezado en esa rareza enorme que es la ciudad de Nueva York. Seguimos en contacto.

1 comentario:

Patricia dijo...

como diario de a bordo hago una petición: por favor, como curiosidad graba algún día el cuarto de lavadoras. No puedo creer que esté pidiendo esto.

Un besote desde el banco afectivo de España