miércoles, 16 de enero de 2008

De taxis y amigos

No s'e si recordar'eis que mencion'e la existencia de una furgonetilla pizpireta de IBM que recog'ia a los parias sin coche en la estaci'on del tren y los llevaba a la oficina en Somers, el lugar en mitad del campo donde trabajo. Y lo mismo a la vuelta, es decir, de mitad del campo a la estaci'on del tren. Pues bien, en este pa'is en el que la optimizaci'on de resultados es m'axima vital en todos los 'ambitos, a mediados de diciembre decidieron suspender el servicio porque el p'ublico habitual no era lo suficientemente numeroso. Y as'i nos quedamos, compuestos y sin furgoneta. ?Qu'e hacer? Toca llamar a un taxi. Y hacer amigos -- aunque en esta cultura de emprendedores astutos no por compartir el taxi con otro te sale a la mitad, como cabr'ia esperar; como mucho, te rebajan un piquillo --. Solemos llamar a Cookie (una mujer negra con buena tarifa pero que s'olo conduce en ciertas condiciones meteorol'ogicas y nunca por la tarde, porque no ve bien) o a Luis (peruano de origen cuyo coche hace unos ruidos rar'isimos y suele acabar muchos d'ias en el taller). Son 4 minutos de trayecto, pero oye... alguien te tiene que llevar. Y no veas qu'e angustia cuando no encuentras transporte... El que m'as y el que menos ha perdido alguna vez el tren... o ha acabado pidiendo un favor a cualquier empleado de IBM con pinta decente que sal'ia a esa hora de la oficina. Los pringados sin coche estamos rezando por que encuentren una alternativa y nos ofrezcan algo... hasta un parque de bicis funcionar'ia, aunque no ahora, que hace un fr'io de la leche.

En fin, en medio de este traj'in he conocido a una chiquita muy maja, Althea, con la que suelo compartir taxi a la salida del trabajo. Somos medio amigas. Y luego tengo otra medio amiga: Liz, la novia de un amigo de Adam. Siento que he vuelto a parvulitos, acerc'andome con timidez a un semejante y diciendo... '?me ajuntas?'. Porque, en realidad, hace much'isimos anyos que no hago un esfuerzo consciente por hacer amigos. Siempre han estado all'i. Incluso cuando vine a Vermont, a la universidad, mis amigos eran los estudiantes internacionales con los que coincid'i naturalmente a mi llegada y que estaban igualmente solos, por lo que el v'inculo surgi'o por s'i mismo. En fin, es curioso. Ya os contar'e si me socializo adecuadamente, presto mis juguetes a otros y no pego a nadie en el patio.

Muchos besos a todos.

1 comentario:

Manuel dijo...

ohhhh, quiero volverrrrr, ... me tiré un mes y medio allí, y me iba a quedar, pero justo cuando llamaba a mi padre desde las galerías de arte que hay cerca del rio, me dice mi padre que tengo un contrato de mi empresa aquí y que ya volveré, de vacaciones... pero juro que algún día lo intentaré, .. y volveré a exponer allí (aunque en otro sitio mejor para ellos, jj), me gustaría compartir contigo alguna de las fotografias que hice allí, escríbeme para decirme donde te podría mandar, y gracias por vuestras historias y videos, saludos desde Baeza (Jaén)