martes, 11 de diciembre de 2007

El jam'on en un mundo global

Pues s’i, los productos ib’ericos ya pueden ser importados a Estados Unidos. Sin embargo, no creo que debamos preocuparnos, al menos no de momento, por si la exportaci’on har’a subir los precios para el consumidor espanyol. Total, ya se vende en Espanya como ib’erico no s’e cu’antas veces m’as cerdo de lo que se cr’ia con bellota -total o parcialmente- en toda la pen’insula... Siempe he confiado en la capacidad de mis compatriotas para ejercer la picard’ia en su propio beneficio, as’i que seguiremos estirando la denominaci’on ‘ib’erico’ para surtir al mercado internacional.

No tengo ni idea de por cu’anto saldr’an unas lonchitas de jam’on ib’erico en Nueva York, pero el jam’on serrano corriente y moliente se me apareci’o al m'odico precio de dos d'olares en el super del barrio cuando iba a pagar mi compra, ajena e inocente, cual humilde ninya-pastora en Lourdes. Estaba all’i, junto a la caja registradora, en bl’isters de Revilla, que podr’ia parecer que matan el amor, pero oye, no. Son entre cuatro y cinco lonchas por sobre y cualquiera se da cuenta de que no es de gran calidad... pero es jam’on de Dios y entra estupendamente. Una se sienta a comer una tostada con tomate, aceite y jam’on y se teletransporta al aperitivo del domingo en la mesa paterna. Es mucho mejor que la webcam para sentirse en casa.

Adem’as es que a veces Nueva York parece Chamber’i. Ayer domingo fuimos a Manhattan y pudimos comprobar que la gran manzana es uno de los destinos que los espanyoles escogen mayoritariamente para pasar el puente de la Constituci’on. En los museos, por las calles, en el mercadillo de Amsterdam con la 82, en el restaurante donde almorzamos... Por todas partes un acento familiar, un flequillo excesivo, rasgos espanyolizantes. Adam ya no me pregunta. Me mira y yo hago un sonido gutural si son compatriotas.

Y el compatriota que tenemos en el propio rellano es John, el vecino del 6K, que a pesar de su nombre es un cocinero espanyol retirado que visita asiduamente a su madre, de origen italiano, en la calle Jos’e Abascal de Madrid. Estoy meditando si nos atrevemos y le invitamos a cenar, porque como es un profesional de la mesa a lo mejor tiene expectativas excesivas y nuestro puchero es muy poco sofisticado.

A los que s’i vamos a invitar es a una mediana lista de familiares y amigos que tienen un manifiesto inter’es por comer paella. Les vamos organizando en grupitos afines para optimizar. Y tambi’en hay que advertirles de que la paella no lleva chorizo, a pesar de lo que los restaurantes pseudo-espanyoles de aqu’i les han hecho creer. Cuando alguien pregunta con decepci’on al escarbar entre el arroz que si no hay ‘Spanish salchicha’ siempre me acuerdo de Bob, el padre de Adam, que porfiaba que la paella llevaba chorizo porque as’i lo hab’ia visto en el ‘food channel’. Si fuera por ellos echaban a la sart'en hasta a la fallera mayor. Como se enteren mis comensales de que el jam'on ib’erico ya est’a disponible en el pa'is me van a empezar a pedir que lo incluya en el paella mix. Criaturitas...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola a todos. a mí sí me gusta el chorizo en la paella aunque generalmente a mi madre casi siempre se le olvida echarlo. no creo que sea un desprestigio, solo le da un saborcillo distinto. cuando tenga casa propia y vengáis, os haré paella con chorizo, a ver qué os parece...

Anónimo dijo...

blasfema, hereje, a la hoguera con cris. Bruuujaaa, bruuuuja, bruuuujaaaa !

:P salvajada el chorizo.

El Blog del Tito Juan Pe dijo...
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