jueves, 26 de junio de 2008

Conectada

Este post va a ser una reflexi'on de estar por casa sobre el impacto de las tecnolog'ias en el d'ia a d'ia. Por si alguien no se acuerda, vivo en Nueva York, o lo que es lo mismo, vivo a 5772 kil'ometros (y a seis husos horarios) de Madrid. La lejan'ia, que puede parecer una brecha, una grieta, una falla enorme e insalvable, por lo general queda desdibujada gracias a (o por culpa de) aparatos y redes invisibles. No es que me sume a los postulados medio-hippies de la aldea global, pero s'i que es cierto que ciertas herramientas cotidianas se han convertido en tuneladoras que traspasan muros de distancia con la ferocidad eficiente de la tecnolog'ia.

Mi hermano me llama exultante para contarme que Espana ha ganado a Italia en los penaltis, pero yo he seguido el partido en directo gracias al cable. TVE Internacional me permite ver Saber y Ganar como si estuviera en casa con mi madre. iGoogle me dice al arrancar el ordenador la previsi'on del tiempo para Legan'es, Camunas y dem'as. Planeo la despedida de soltera de Patricia con las chicas en una v'ideo conferencia distendida (y gratuita). Hablo con mis padres a diario (por el m'ovil, telefon'ia IP o por el fijo de toda la vida) para desgranar la actualidad y enganar la ausencia. Para cu'ando el tele-transporte? el holograma virtual? la bilocaci'on simulada? En cualquier caso, aun en la distancia, me siento conectada y cerca, que es lo que importa.

3 comentarios:

cuadra dijo...

Hagamos uso y abuso del IT service. El cambio ha sido sutil, pero contundente. Lo mejor de todo esto es que podemos decir que nuestra generación has sido la que ha asistido al parto de Internet y de la nueva manera hacer las cosas.

Parece que fue ayer cuando me creé mi primera cuenta de correo. Todavía recuerdo una noche, en casa de un colega, cuando nos enseñó un nuevo buscador: google, que resultaba ser mejor que el anquilosado Altavista. La edición del ciberp@is se vendía en formato papel, como una revista.
Hoy por hoy, hasta los mozos de almacén reciben las órdenes por el e-mail (lo se por experiencia propia) . La gente se baja música, pelis, parejas formales de la red. Yo mismo tendré el lunes un webinar con unos tipos de Oklahoma, etc.
Las aplicaciones sociales son la última vuelta de tuerca, pero sabemos con certeza que no será la última. El uso de las tecnologías de la información potencia lo bueno, lo malo y lo regular de la transmisión de datos entre las personas. Aparece ante nosotros versiones digitales de las ágoras griegas y foros romanos (sitios donde se fraguó la democracia, por ejemplo). Pero a la par, los pederastas lo tienen más fácil para cometer sus atropellos, ha sido necesario encriptar nuestros datos personales para no ser víctimas de fraudes, los voceros se apresuran a acuñar términos como "ciber-terrorismo". Vivimos bajo el estrés de saber que nuca estaremos suficientemente (bien o mal) informados… estamos siempre bajo el riesgo de terminar obsoletos al mismo ritmo que nuestras máquinas.
Espero que todo esto no termine siendo sólo un viaje circular que ponga de manifiesto la iniquidad de la naturaleza humana. Si, en cambio, espero que nos permita hablar de otro peldaño ascendido en la escala evolutiva hacia no sé donde.

Patricia dijo...

con que la despedida de patricia, mmmmmjum. Vale, vale.

Anónimo dijo...

Osea, que tramais un complot para que a patricia la echen del trabajo... sospechoso...

Bueno, bueno, no digo más. Bueno sí. A cuadra: Internet es, como la energía nuclear, una herramienta. La maldad o bondad del invento dependerá de cómo se use. Ya te he dicho como termina.

A Tere, si no fuera por esto del internet no habría jugado con Filipinos, coreanos, uruguayos, mejicanos, ingleses, árabes, venezolanos, daneses, finlandeses, alemanes, belgas, islandeses, franceses, otros españoles... Con alguno, pocos, aún tengo contacto después de 4 años de haberlos conocido... o 5 ya. no me acuerdo ^^.

Un abrazo de 5770 km, Tere.