La aplicación ha levantado ampollas. |
Hace unos días se
habló bastante de Unbaby.me, una nueva aplicación web que bloquea las fotos de
bebés del timeline de facebook. Está diseñada pensando en aquéllos que no pueden
soportar una imagen más de los retoños varios de sus amigos, compañeros de
trabajo, primos segundos y demás contactos. La polémica no se hizo esperar, con
muchos no-padres alabando la llegada mesiánica de esta aplicación liberadora y
muchos padres orgullosos de su prole atacando tal afrenta. Podéis leer un artículo
del New York Times que recoge el tema.
Pero no vengo
aquí a confesar que yo también cuelgo fotos de mi niño en facebook –probablemente
para el horror de algunos—, ni a reflexionar sobre el efecto que este exceso (¿?)
puede tener en ciertas personas de mi red de contactos. Unbaby.me me ha hecho
pensar en cómo serían las cosas sin bebé en mi timeline vital. No es que sea
una idea que entretenga, ni mucho menos… pero, ¿qué ocurriría si hoy pasara esta
aplicación a mi vida y de repente todo lo que tiene que ver con el bebé y la
maternidad quedara bloqueado? Realmente no es tan difícil de imaginar, porque
hace apenas año y algo era no-madre.
Unbaby.me bloquearía las noches sin dormir, el orgullo
absurdo al ver que se tiene sentado (o come sólidos o da los primeros pasos), la preocupación constante y
apremiante, la felicidad intensa al oír su risa. Y quedarían las cosas que
conocía antes: el día a día con sus mil facetas, los proyectos, la pareja, el
trabajo, las ilusiones, los amigos… un conjunto nutrido y completo que
conformaría, como conformaba entonces, una existencia plena y perfectamente
feliz.
Y sin embargo, me
doy cuenta de que además de bloquear las alegrías y los quebraderos de cabeza
propios de esto de ser madre, Unbaby.me borraría también toda una categoría de
pensamientos y sentires que ahora reconozco en mi timeline vital y que previamente
no estaban ahí. Por ejemplo, cuando leo o escucho una tragedia ajena ahora me
afecta a niveles mucho más hondos, porque sea quien sea la víctima es hijo o
hija de alguien, y ese mero hecho le da un relieve doloroso a la historia que
ya no puedo obviar. Creo que antes no era un monstruo sin capacidad para la
empatía, pero decididamente ser madre ha despertado en mí un grado de humanidad
que antes no tenía. El gurú indio Rajneesh dijo que “en el momento en que nace
el hijo, nace también la madre. No existía antes. La mujer existía, pero la
madre, nunca. Una madre es algo absolutamente nuevo”. Supongo que en mi caso la
madre que ahora soy me ha traído una sensibilidad diferente, y eso va más allá
del hijo. Es algo que me ha redefinido como persona y que es irreversible. Ser
madre no es un camino de ida y vuelta. Una va para quedarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario