'Ultimamente me han entusiasmado un par de detalles del verano en el barrio (y eso quiere decir que aqu'i os los planto):
Las luci'ernagas Nunca hab'ia visto tantas como aqu'i. Cae la noche y las cunetas titilan. Con el fresco del atardecer, el parque hierve en chispas ef'imeras. Si ves alguna de cerca cuando a'un hay luz te das cuenta de que es una especie de mosquito grande y desgarbado. Al bajar el sol su vuelo err'atico queda puntuado por destellos de luz intermitente que dejan un mensaje en c'odigo morse pintado en la noche. Y adem'as tocan en orquesta. No ves una luci'ernaga; ves una detr'as de otra. Los ojos van hacia el 'ultimo punto de luz y de 'este pasan al siguiente, con un ritmo propio y cambiante.
Los ices (pronuncido aisis por la poblaci'on latina, sus principales consumidores y proveedores) En las aceras m'as transitadas han aparecido carritos con sombrilla donde venden ices para combatir el sofoco del peat'on. Se supone que son de
